Maravilloso saber que así como encontramos la Virgen María en el Antiguo Testamento, en el Nuevo, también vemos que María pertenece al Nuevo Testamento, como la buena nueva de la salvación.
Lo que sabemos de ella y se nos ha transmitido por la tradición evangélica reflejada y cristalizada en los textos del Nuevo Testamento; el Evangelio nos hace contemplar a la Virgen María como ejemplo perfecto de pureza y siempre aparece asociada a su Hijo. Miremos, es “Llena de Gracia”, “Dichosa por haber creído”, “Bienaventurada”, es la “Madre del Señor” y nos dice “Haced lo que Él les diga”.
Nos muestra la importancia de la maternidad
En la carta de San Pablo a los Gálatas nos muestra que a través de una mujer recibimos la Gracia de ser hijos de Dios y que de su vientre recibimos la presencia del Espíritu Santo,
Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la Ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva. La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre! De modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero por voluntad de Dios.
Gálatas 4, 4-7
María en el Nuevo Testamento, nos la describe Juan el evangelista como:
La cual no nació de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios
Juan 1, 13
María antes y después de la vida de Jesús
Y en los evangelios la contemplamos así: La Anunciación, la Maternidad Divina, María en Pentecostés, la primera discípula de Cristo, en los Evangelios de la infancia, Jesús perdido y hallado en el templo, el Magníficat, la genealogía de Jesús, el anuncio a José, la profecía de Simeón y la Visitación.
De esta manera nos atrevemos a decir: María en el evangelio de San Marcos, la imagen más antigua; María en San Mateo, el origen del Mesías; en San Lucas, testigo de Jesucristo; y en San Juan, el eco de la voz.
En los evangelios de San Mateo y San Lucas capítulos 1 y 2, nos habla de la Infancia de Jesús, a partir de datos que le debió proporcionar su madre, María.
Marcos en el capítulo 3, 31-35 el verdadero parentesco de Jesús y en San Juan 2, 1-12 la boda de Caná. En estos dos evangelios vemos la vida pública de Jesús.
También vemos en San Juan 19 25-27 en la Pasión y Muerte del Señor. Ella estuvo en la primera comunidad cristiana reunida con los apóstoles descrito en el libro de los Hechos de los Apóstoles 1, 12-14.
Y María, finaliza las Sagradas Escrituras en el libro del Apocalipsis 12, 1-17 como la mujer y el dragón:
Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está en cinta, y grita con dolores del parto y con el tormento de dar a luz
Apocalipsis 12, 1-2
La Virgen María en el Nuevo Testamento nos acerca a Jesús
La Virgen María cada día, nos hace ver que Ella siempre está con nosotros para acercarnos más a su amadísimo Hijo y nos muestra su protección maternal, nunca nos faltará, por el amor tan grande que nos tiene desde el mismo momento que dijo al ángel “Hágase en mi según tu voluntad.”
Por Luxandra Pineda
Comunidad María Reina de la Paz