¡Jugando con Jesús! Un cuento al corazón

Entre tantas ocupaciones de sus días, Sami un hermoso niño que tiene tu misma edad, escuchó una dulce voz que lo invitaba a jugar. Era la voz de Jesús, un gran personaje que sus padres nunca le habían presentado. ¡Jugando con Jesús! Un cuento al corazón

Jesús era alto, bello, pero sobre todo hablaba al corazón. Justo el día que Jesús le habla a Sami, era el día en que Sami más necesitaba de un amigo, pues se sentía muy solo y triste. Algunos de sus compañeros lo despreciaban, otros no lo entendían y otros sencillamente se burlaban de él.

Sami entonces era un niño que no sonreía y era muy pequeño para estar tan preocupado de la vida. Solo buscaba compañía y no entendía porque esa voz lo había escogido a él, si aparentemente no era un niño bueno.

Esa voz se torna un poco más fuerte, más dulce y cercana por lo que Sami piensa: “Estaré soñando». Y si estoy soñando es el sueño más hermoso que he tenido y quiero que todos sientan esto”.

Jesús le muestra a Sami lo especial que es

La hermosa voz de Jesús sorprende a Sami, porque contiene palabras de amor y cariño. Pero, sobre todo, le menciona muchas cualidades que Sami pensaba que no tenía, pues en su vida solo había escuchado algunos regaños y críticas sobre su comportamiento.

Jesús le invita a jugar, a ser feliz y le explica que si los adultos son como niños, heredarán el reino de los cielos.

Pero, ¿El reino de los cielos? Eran palabras muy novedosas para él. Y es que su tristeza lo envolvía que no quería mirar, ni los días soleados, ni la naturaleza ni el mismo cielo azul. Sami no quería salir de su casa, no tenía sueños ni ilusiones. Nada lo motivaba.

Jesús le cuenta como es el reino de los cielos

Sin embargo, decide preguntarle a Jesús: ¿Cómo es el reino de los cielos? Jesús lo abraza y le responde: el reino de los cielos es como un gran tesoro por el cual yo di mi vida, el reino de los cielos es como la pureza de tu corazón de niño, el reino de los cielos es la creación de mi Padre y ese ¡eres tú Sami! ese gran tesoro que estoy abrazando.

Sami de repente empieza a sentir una alegría muy grande en su corazón y entiende que, para Jesús, él es sumamente importante.

Con un poco de pena le dice Sami a Jesús ¿Quieres jugar conmigo? Para lo que él sonríe y empieza a jugar con Sami. ¡Sami estaba jugando con Jesús! ¡Qué alegría al corazón! ¡Un niño como tú! Pídele a tus papitos que te presenten a Jesús.

Y declaró: «En verdad les digo: si no cambian y no llegan a ser como niños, nunca entrarán en el Reino de los Cielos.» Mateo 18, 3

Evangelio según San Mateo, 18 – Bíblia Católica Online

Por Maria Alejandra Malagón

Foto: Pitxi Fano