Hasta que la muerte nos separe, en donde la felicidad del matrimonio se gana un día a la vez. A ti hombre es dedicado este artículo.
Parece ser una frase condenatoria donde te dice que puedes hacer lo que tú quieras, libre incluso de conquistar a otra mujer, porque esa con la que te casaste o con la que te estas casando ya la tienes asegurada y nada más falso porque el amor se construye día a día, así como el cielo se gana un día a la vez, la felicidad en el matrimonio se gana un día a la vez.
¿Qué pasó con aquellos detalles de conquistarla cuando estaban de novios? Le llevabas una rosa, la invitabas a cine, a bailar, a beber algo y ahora, ese hasta que la muerte los separe te hace sentir que estás totalmente apoderado de ella y que nada te la puede quitar.
Las mujeres son para cuidarlas
Mi querido varón, recuerda que las mujeres son como un gran jardín en el cual hay que regar esas semillas para que salga la flor y luego seguir cultivándola para que se abra y expulse todo su dulce aroma, después seguir cultivándola para que florezca aún más y algunas den fruto. ¿quieres ser más feliz en tu vida?
Cuida más a tu esposa, se comprensivo con ella, dale todo el honor que le corresponde, no solamente poque la mujer es más delicada, sino también porque Dios en su bondad les ha prometido a ellas la misma vida que a ustedes (1 Pedro 3,7).
Somos igual de especiales para Dios
Si eres de los que el machismo te brota de los poros recuerda una vez más que para Dios hombres y mujeres somos iguales. La mujer no salió de los pies de Adán para evitar ser pisoteada, tampoco salió de la cabeza, para que se creyera más, salió de una costilla, del costado, para ser amada, protegida, para ser apoyo, columna fuerte, juntos como una sola carne soportan cualquier tempestad que aparezca.
El amor no es sólo detalles
Amar no es solo cumplir con dinero, es llevar una vida de amor, así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio fragante para Dios”. (Efesios 5,2) el amor se aviva segundo a segundo con miradas, detalles, dialogo, comprensión, cediendo y negociando, recuerda que al final de tus días, por muchas mujeres que hayas tenido, tu esposa será tu apoyo ante la vicisitud.
No le atrofies los años castigándola con tus constantes agresiones, tal vez nunca le hayas pegado, pero hay actos, palabras y vacíos que lastiman mucho más. Dedícate a hacerla feliz, cumplan sueños y metas juntos, permítele realizarse como mujer, apóyala en todo pues es tu deber también encargarse del orden del hogar, de tus hijos, nada te quita y si te alimenta y potencia el amor de ella hacia ti y la admiración de otros.
No dejes apagar el amor
Recuerda que la palabra hogar viene de hoguera, haz que nunca se apague, alimenta ese fuego con el combustible de la escucha, el oxígeno de la ayuda en todo y el calor de la comprensión, no es que te vuelvas esclavo, se trata de ser un caballero y rescatar esa doncella del castillo de la monotonía, arrebatarla de las garras del dragón de la ingratitud, del olvido del que seguramente no eres consiente, liberarla del yugo que lleva y mostrarle al mundo su curva más hermosa, su sonrisa, hazlo así para que nada estorbe tus oraciones (1 Pedro 3,7)
German Velásquez
Comunidad María Reina de la Paz