Este Pneuma griego traduce la palabra hebrea Ruah que quiere decir soplo. Es la presencia del Espíritu Santo que recibimos en los momentos en que nos encontramos reunidos en oración para sentir su presencia y su fuerza que nos impulsa a darnos por los demás que necesitan de Nuestro Señor Jesucristo a través de mi servicio.
De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que lleno toda la casa en la que se encontraban
Hechos 2, 2
Esta casa que el libro de los Hechos de los Apóstoles nos habla es la misma comunidad donde nos reunimos, como dice el Señor donde hay dos o más reunidos en mi nombre hay estoy con ustedes. Como nos relata el capítulo 2 de los hechos en el Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar y quedaron todos llenos del Espíritu Santo. Esta es la forma como las comunidades empiezan a sentir las necesidades que tienen nuestros hermanos.
El Espíritu Santo ha venido a dar luz a las comunidades:
Envías tu soplo y son creados y renuevas la faz de la tierra
Salmo 104, 30
Para descubrir y aceptar la palabra de Dios y la fortaleza para amar, vivir y compartir en comunidad, estos pasos nos lleva a entregarnos cada día más y más sirviendo al prójimo.
De buena gana, como quién sirve al Señor y no a los hombres
Efesios 6, 7
La venida del Espíritu Santo sobre María y los apóstoles, reunidos en silencio, oración y llenos de temor, nos invita que todo el servicio que prestemos al Señor debe ser impulsado por el soplo del Espíritu Santo y siempre entregándolo en oración, que gran ejemplo de María nos enseña a aprender de ella que todo debe ser en obediencia y en la voluntad de su amadísimo hijo: «Hagan lo que Él diga».
Han recibido de Dios la misión de llevarte al bien, y si te portas mal, témelas, pues no tienen las armas sin razón. También tienen misión de Dios para castigar a los malhechores.
Romanos 13, 4
Somos impulsados a dar testimonio y a santificar nuestras vidas en la familia, en nuestro trabajo, en nuestras tareas cotidianas, en la vida comunitaria, etc. Porque desde nuestras familias debemos servir y anunciar el evangelio la palabra de Dios en unidad para que todos reciban en impulso del Espíritu Santo y se haga una comunidad viva.
Para prestar un servicio, debemos ser como Cristo, en los principales aspectos de existir. Esto implica ser auténticos creyentes, comprometidos con Jesús, coherentes en lo que Jesús es, enseña y vive para ser personas transformadoras y renovadoras en su palabra, testimonio y en el amor hacia los demás.
Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu. No te asombres de que te haya dicho: Tenéis que nacer de lo alto. El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu
Juan 3, 6-8
Necesitamos hombres y mujeres, totalmente volcados hacia Dios, que se dejen invadir y penetrar por Él, para que su vida sea ejemplar de la que Dios quiere, una comunidad, un pueblo, una familia semejante a Jesús, que ame, hable, actué como Jesús y que, como Él, ejerza una labor evangelizadora y santificadora de manera ininterrumpida.
Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: recibid el Espíritu Santo.
Juan 20, 22
Luxandra Pineda
Comunidad María Reina de la Paz
Gracias a Dios por permitirme otro día más y poder tener la bendición de leer este lindo mensaje.mensaje que me llena más ennelnespiritu, a veces como ser humano tituveo , por los momentos difíciles que estoynpasando con mi esposa que se encuentra hospitalizada, pero este tema me enseña a seguir los de maría nuestra madre, amen.
Nos unimos en oración por la salud de tu esposa. En estos momentos tan difíciles Nuestra Madre también se une en este momentos y nos acompaña en nuestra batalla diaria. ¡Bendiciones!