Abraham-un-hombre-de-luchas-y-bendiciones. Imagen por IAHombre pensativo en medio de las montañas. Imagen realista realizada por IA.

Pocas horas antes de morir y ya en su lecho de muerte Abraham recorría en su memoria las grandes luchas y bendiciones que tuvo a lo largo de su existencia y las pruebas que solo pudo vencer con la fuerza inquebrantable de su fe, en todas sus luchas y bendiciones.

Es llamado el padre de la fe, pero como todo padre tuvo que padecer los sacrificios que conlleva ver crecer su retoño, su fe. No fue fácil aún con su confianza en Dios salir de Harán a sus 75 años, dejar su tierra natal y desplazarse a Canaán.

Lo más sagrado para él como todo semita era su familia, su templo y su riqueza, en esta travesía incierta llevaría a Saraí, su esposa, su sobrino Lot y toda la gente que tenía a su cargo, incluyendo trabajadores, ovejas, vacas otros animales y sus cosas, pues era muy rico (Génesis 13, 2)

Siempre existen muchos momentos de decisión

Los planes que Dios te pone, no siempre serán fáciles y en ocasiones deberás ser astuto como la serpiente (Mateo10,16) y eso hizo en Egipto cuando mintió diciendo que su esposa era en realidad su hermana, todo para salvar su vida y la de su mujer, siguiendo la travesía después de este susto tuvo que enfrentar la discordia entre sus empleados y los empleados de su sobrino Lot (Génesis 13,7), el cual también era muy rico y tristemente la solución fue separarse, dividir la familia.

Cuidando siempre de la familia

Pero la razón exacta no era solo las diferencias entre los empleados, también era la enorme riqueza que ambos tenían, ya no cabían en el territorio, era una porción de tierra muy pequeña para dos hombres tan bendecidos, otra razón para dividirse es porque no está bien que haya pleitos entre familia (Génesis 13,8)

Pero tampoco está bien olvidar a la familia, es el tesoro más preciado de un hombre, por eso tuvo que batallar una noche para liberar a su sobrino Lot de la prisión en la que injustamente había caído por una guerra entre reyes de la cual solo era otra víctima (Génesis 14,14-16)

Siempre nos enfrentaremos a luchas y decisiones difíciles

Recordó como a sus 86 años tuvo que ver enfrentadas a su esposa Sara y a su esclava Agar por celos, rivalidades y envidias y nuevamente tomar decisiones difíciles a la luz de Dios, la contienda se formó porque Sara su esposa le pide que se una con su esclava Agar para que tengan un hijo por medio de ella y ahora la esclava embarazada y su esposa estéril no se soportan y una se cree más que la otra ¿qué hacer?

Lo fácil y la respuesta de muchos hombres es dejar que la señora de casa decida y eso hizo “haz lo que quieras” y con dolor tuvo que ver marchar en el vientre de su madre a su único hijo (Génesis 16,1-16)

Dios siempre nos sorprende

La vida es un tapete con matices negros y blancos y cuando menos lo esperaba y contra todo pronóstico Dios se manifiesta en los hombres fieles y le promete a Abraham un hijo de su esposa. En el aquel lecho donde reposaba volvió a sonreír como lo hizo aquella vez en que mientras Dios le hacia esa promesa y él pensaba: “yo tengo 99 y mi esposa 90 años ¿se podrá?” (Génesis17, 17) pero para Dios no hay nada imposible y se pudo, convirtiéndose en una de sus más grandes bendiciones.

Años después, el mismo Dios que le dio a su hijo Isaac le pide ahora que se lo entregue en ese antiguo sacrificio religioso, en que se quemaba la víctima completamente; ¿matar a mi único hijo? ¿Qué le pasa a Dios? ¿Por qué me pide eso?

Enfrentó su mayor prueba de fe, pero su obediencia pudo más que su naturaleza y un día muy temprano partió al lugar indicado preparó lo necesario acostó a su hijo sobre leña empuño su cuchillo para efectuar el sacrificio pero justo ahí un ángel del Señor lo detiene diciéndole:

«No toques al niño, ni le hagas nada, pues ahora veo que temes a Dios, ya que no me has negado a tu hijo, el único que tienes.»

Génesis 22, 12

Y el mismo ángel continuó diciendo:

Y le dijo: «Juro por mí mismo – palabra de Yavé – que, ya que has hecho esto y no me has negado a tu hijo, el único que tienes, te colmaré de bendiciones y multiplicaré tanto tus descendientes, que serán tan numerosos como las estrellas del cielo o como la arena que hay a orillas del mar. Tus descendientes se impondrán a sus enemigos. Y porque has obedecido a mi voz, todos los pueblos de la tierra serán bendecidos a través de tu descendencia.»

Génesis 22, 16-18

A todos nos llegará el final del juego, no habrá tiempo extra, el juez pitará y solo nos queda las buenas obras y las muchas experiencias, porque la vida no es la que uno vive si no la que se recuerda “García Márquez”

Y ahora a sus 175 años podía morir feliz y en paz, convencido que Dios siempre cumple sus promesas, aunque a veces parezca difícil el camino. Y tú ¿le crees a Dios?

German Velásquez Castillo

Comunidad María Reina de la Paz

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